Me seduce el mundo de los objetos simples y cotidianos que nos rodean, a través de ellos me dejo llevar a lo onírico, al humor, a la ironía, y a la poesía, utilizándolos para expresar ideas, creando nexos a otros elementos icónicos que permitan interpretarlos desde un punto de vista distinto a través del juego visual.
En mi fotografía de bodegón suelo combinar conceptos opuestos en una misma imagen, como lo natural y lo artificial, lo real y lo irreal, lo cotidiano y lo extraño, lo inocente y lo perverso, con la intención de estimular la percepción del observador.
Persigo imágenes limpias y aparentemente sencillas en su construcción formal, pero que a la vez estén llenas de complejidad conceptual. Mi reto personal es intentar comunicar mucho con muy poco, utilizando los mínimos recursos para lograr transmitir y generar reflexión en el que mira.
En la mayoría de mis obras, naturaleza y ser humano están casi siempre presentes e interrelacionados, representados por los objetos naturales y artificiales que ambos crean y destruyen de forma cíclica en el transcurso del tiempo. Me interesa mucho capturar esas fases de novedad y decadencia en los objetos para utilizarlas como herramientas de expresión.